Entre las múltiples direcciones en las que se expande la nueva historia, abordaremos dos que, en la opinión de varios analistas, son aquellas que constituyen el núcleo de la actividad historiográfica actual y que concentran buena parte de las líneas conceptuales y metodológicas antes referidas: la historia cultural y la nueva historia política.
Estas en efecto, las dimensiones cultural y política de las prácticas humanas, parecen constituir actualmente aquellas capaces de dar cuenta de los fenómenos sociales con mayor amplitud e inteligibilidad.