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Relación entre léxico y sintaxis

Una de las preocupaciones centrales de la gramática generativa, a partir de la incorporación del léxico como componente en Aspectos de la teoría de la sintaxis, de 1965 (ver Recorrido histórico), es cómo se establece la relación entre léxico y sintaxis.

En particular, la gramática generativa se preocupa por formalizar los requerimientos léxicos de los verbos (en tanto predicados de las oraciones) y su proyección en la sintaxis. Así, se propone que los verbos tienen una doble selección: una semántica, en términos de roles temáticos que conforman una grilla o estructura temática (así, el verbo dar seleccionará un agente, un tema y un beneficiario) y otra sintáctica, vinculada an la realización de los argumentos o estructura argumental (así, dar presenta en la sintaxis un sujeto, un objeto directo y uno indirecto). A partir de esta doble selección (que a menudo ha sido considerada redundante: por ejemplo, David Pesetsky planteó en 1982 que la selección semántica determina la sintáctica), se ha logrado formalizar problemas clásicos de la gramática. Así sucede con la división de los verbos intransitivos (aquellos que seleccionan únicamente un sujeto) en dos grupos distintos: los inergativos y los inacusativos, de acuerdo con si el sujeto funciona de modo análogo al sujeto de los verbos transitivos o al objeto de los verbos transitivos. Ese “funcionamiento análogo” es obvio en el nivel temático/ semántico: así, en los verbos intransitivos como trabajar o caminar (=inergativos) el sujeto es un agente que ejerce voluntariamente una acción, al igual que el sujeto de verbos transitivos como construir o comprar, mientras que el sujeto de verbos intransitivos como morir o crecer (=inacusativos) es una entidad pasivamente involucrada en el evento, al igual que los objetos de construir o comprar. Por otra parte, la diferencia tiene también consecuencias sintácticas, que varían de lengua en lengua. En español, la prueba más fuerte de inacusatividad es la posibilidad de que el participio del verbo sea utilizado en cláusulas absolutas (cfr. Muerto/ nacido/ salido el perro... vs. *Reído/ trabajado/ jugado el niño...).

La relación entre el objeto de los verbos transitivos y el sujeto de los inacusativos es especialmente clara en los verbos con alternancia transitivo/intransitivo (que en general designan verbos de cambio de estado), como en español romper(se) o mover(se): e.g., Juan rompió/ movió la mesa vs. La mesa se rompió/ movió. Si bien todas las lenguas tienen verbos con alternancias transitivo/inacusativo análogas a esta, la expresión formal de la relación varía radicalmente de lengua en lengua, por lo que no parece existir un patrón universal. Así, en inglés el verbo no se modifica desde el punto de vista fonológico (John broke the table/ The table broke), mientras que en o’odham, una lengua azteca del sur de EE.UU., la variante transitiva supone en general agregar morfología a la base inacusativa, como en moik-a [‘suavizarse’] y moik-a-(ji)d [‘suavizar’]. En español y el resto de las lenguas románicas, como se observa en los ejemplos anteriores, el modo de creación más sistemático parte de la variante transitiva y forma la variante inacusativa a partir del agregado del clítico se. Entre los autores que han tratado las alternancias de formas transitivas e inacusativas se destacan Beth Levin & Malka Rappaport (1995) y Ken Hale & Samuel Keyser (1993, 1998, 2002), que presentan ejemplos en diversas lenguas. Amaya Mendicoetxea trata diversos temas vinculados con la inacusatividad en español en su capítulo de la GDLE (1999).

Un caso especialmente problemático de estructura temática/ estructura argumental está representado por los verbos psicológicos en las lenguas románicas. Los verbos psicológicos son aquellos que designan acciones, estados o procesos anímicos, mentales o cognitivos, por lo que el participante involucrado es un experimentante, y no un agente. En español la realización sintáctica de los requerimientos de los verbos psicológicos es especialmente compleja: así, en Juan ama a María, el sujeto Juan es el experimentante y el objeto María el tema, mientras que en A Juan le gusta María, el sujeto María es el tema y el “objeto indirecto” A Juan / le, el experimentante. Este segundo patrón es infrecuente en otras familias lingüísticas, puesto que parece contradecir la jerarquía habitual de realización sintáctica, por la cual el rol temático más prominente (agente – experimentante) tiende a ocupar el lugar de sujeto de la oración. Ello explica que frecuentemente se considere A Juan / le como el sujeto de la oración, lo cual es gramaticalmente imposible. El panorama de los verbos psicológicos se completa con la clase de verbos como preocupar, en la que hay alternancia entre una variante intransitiva y una transitiva (Juan se preocupa / María preocupa a Juan). Los verbos psicológicos han dado lugar a una profusa bibliografía en lenguas románicas, comenzando con un artículo ya clásico para el italiano, de Adriana Belletti & Luigi Rizzi (1987).

Otro tema vinculado con la relación entre léxico y sintaxis es el de la estructura eventiva o aspecto léxico (también Aktionsart, por el término en alemán). La estructura eventiva permite reconocer tipos diversos de verbos en función de cómo se presenta el evento: como un estado de cosas sin límites definidos (e.g., ser, permanecer, tener), como un proceso visto en su desarrollo (una actividad, como en trabajar, caminar), como un cambio de estado “espontáneo” (un logro, como en llegar, nacer, descubrir) o como un cambio de estado motivado por una acción más o menos voluntaria (una realización, como en destruir, romper). El aspecto léxico puede verse modificado en un mismo verbo: así, escribir puede considerarse como una actividad (Escribía febrilmente) o como una realización (Escribió la carta). La estructura eventiva de los verbos ha sido estudiada por diversos autores, entre los que se destacan Vendler (1967), quien introdujo la terminología básica, y luego David Dowty (1979), Jane Grimshaw (1990), Ken Hale & Samuel Keyser (1993), James Pustejovsky (1995), entre otros. En el ámbito del español, han probado la utilidad de la clasificación en diversas clases de palabras (no sólo verbos) Violeta Demonte (especialmente en los trabajos reunidos en Detrás de la palabra, de 1991), y Yukio Morimoto (1998).

Un último tópico relevante para la gramática generativa en cuanto a la relación léxico-sintaxis es el de la estructura argumental y temática en clases de palabras distintas de los verbos (adjetivos o nombres). Ello es especialmente claro para los adjetivos o nombres deverbales (i.e., derivados de verbos): así, los adjetivos creados con el sufijo –dor  “heredan” el argumento de sus verbos (como en gato cazador de ratones, donde ratones funciona como un argumento heredado del verbo cazar). Lo mismo sucede con las nominalizaciones como contaminación o venta (e.g., la contaminación de las aguas por las petroleras / la venta de armas a Irán). Este tópico ha sido tratado por diferentes autores para el español, entre los que se destacan Carme Picallo (1991, 1999), Ignacio Bosque & Carme Picallo (1996) y Lluisa Gràcia (1995).

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