Tanto la sociolingüística como la etnografía del habla estudian las enormes variaciones que pueden darse dentro de una misma comunidad lingüística, al reconocerse diversas comunidades de habla que pueden ser definidas a partir de diferentes variables (raza, clase social, edad, sexo) y que requieren siempre cierto grado de cohesión (interna, hacia dentro del grupo, y de delimitación hacia afuera o contra otros grupos, como observa Schlieben-Lange 1977).
La sociolingüística en sentido estricto, en su variante “clásica”, variacionista, suele detenerse en fenómenos acotados, como hemos visto al comentar los trabajos de Labov en el Recorrido histórico. En cambio, la etnografía del habla, que cruza las disciplinas de la lingüística y de la antropología, se detiene en fenómenos más generales, discursivos. Por otra parte, si bien ambas subdisciplinas comparten una metodología (grabación de discursos espontáneos o mínimamente inducidos), la sociolingüística se inclina por una visión cuantitativa, mientras que la etnografía del habla trabaja en general cualitativamente, por lo que a menudo utiliza herramientas del análisis del discurso (ver más adelante). De todos modos, se trata de tendencias y no de separaciones tajantes (así, el autor más representativo de la sociolingüística variacionista, William Labov, ha escrito en 1972 una serie de trabajos sobre narraciones orales de jóvenes afroamericanos que podrían perfectamente considerarse un antecedente de numerosos trabajos de la etnolingüística de hoy en día).
A partir de la idea de Hymes (1974) y Gumperz (1972) de que los individuos suelen manejar diversos códigos y elegir el más adecuado a la situación comunicativa, diversos trabajos de etnolingüística contemporáneos procuran mostrar que, en el discurso espontáneo, las representaciones de los hablantes son causantes de los cambios de código [en inglés, code-switching] (cfr., por ejemplo, los trabajos reunidos en las recopilaciones de Schiffrin 1984, Duranti & Goodwin 1990, Lucy 1993, Milroy & Muysken 1995). En ese sentido, la etnolingüística comparte con la sociología del lenguaje su interés por las actitudes lingüísticas y las representaciones sociales frente al lenguaje, pese a que se encuentran diferenciadas por su metodología.