Pese a que la gramática generativa siempre ha hecho hincapié en los aspectos universales del lenguaje, también resulta evidente que las lenguas varían y que, por ejemplo, un niño expuesto al español no adquirirá el japonés. Una teoría completa de la variación lingüística, y de la adquisición, es esbozada en el modelo de Principios & Parámetros. Para Chomsky (1986, 1988), la Gramática Universal (que incluye los principios universales y los parámetros, que toman valores particulares según la lengua) opera en el niño previamente a toda experiencia lingüística. La adquisición del lenguaje consiste en la selección de los valores correspondientes a los parámetros de la lengua a la que el niño está expuesto, lo cual dependerá de los datos que el niño reciba.
En una analogía bastante famosa, la Gramática Universal equivaldría a una red (de principios) conectada a un conjunto de interruptores (los parámetros) que tienen dos posiciones posibles. Apenas el sistema recibe los primeros datos, cada uno de estos interruptores se fija en una posición, conformando una combinación determinada (la gramática nuclear de la lengua materna). Una variación mínima en la combinación de las posiciones de los interruptores produce un resultado muy distinto.
Actualmente, aún está en discusión la misma naturaleza de la adquisición del lenguaje. Algunos investigadores sostienen que el niño fija en forma inmediata los parámetros, siguiendo virtualmente la metáfora de los interruptores propuesta por Chomsky (1986) (hipótesis de la continuidad fuerte o de la adquisición instantánea, sostenida, entre otros, por Pollock 1989, Chomsky 1986, 1993, Jakubowicz 1992). Otros, en cambio, consideran que algunos aspectos de la capacidad del lenguaje necesitan madurar (hipótesis de la continuidad débil o de la maduración, defendida por Borer & Wexler 1987, Radford 1990). Una tercera hipótesis se detiene en posibles deficiencias de procesamiento, que impedirían a los niños captar o producir algunos elementos del lenguaje, sin afectar su competencia (como los diversos trabajos de Crain o Leonard 1998 para los niños con deficiencias específicas del lenguaje o SLI). Todas estas hipótesis se ponen en juego actualmente para intentar explicar el proceso de adquisición de las categorías funcionales (como los morfemas verbales ligados con la flexión verbal, la concordancia nominal, el determinante, etc.), a partir de la creciente importancia que cobraron en la teoría lingüística (ver el apartado correspondiente a la gramática generativa).