Diferentes modelos: transmisión-recepción, descubrimiento y constructivista
Un modelo de enseñanza es un plan estructurado para configurar el currículo, diseñar materiales y en general orientar la enseñanza.
A continuación mencionaremos los tres modelos: transmisión-recepción, descubrimiento y constructivista.
Transmisión-recepción
El modelo de transmisión-recepción, si bien en apariencia el aprendizaje acumulativo ha sido superado, sigue siendo mayoritario en la enseñanza de la química. El estudiante es considerado una página en blanco, los conocimientos se trasmiten elaborados por el docente en una clase magistral y consisten en una serie de contenidos conceptuales. El alumno tiene una actitud pasiva o toma nota; la práctica es una ilustración de la teoría donde el alumno sigue una serie de instrucciones para llevarla a cabo. El material curricular es un libro de texto.
Descubrimiento
La aparición del modelo de descubrimiento está relacionada con el fracaso de la enseñanza tradicional. El conocimiento se construye por medio de una actividad, está fundamentado en el empirismo ingenuo; la idea es que los alumnos descubran por sí mismos los conocimientos; el docente no da instrucciones ni introduce conceptos, sólo coordina las actividades experimentales y restringe sus intervenciones para favorecer las oportunidades de investigación. Es fundamental adquirir las destrezas y procesos del método científico, ya que el eje de este modelo es la realización de actividades por parte del alumno. El alumno interactúa con sus pares fomentando estrategias cooperativas. En general no se utiliza un libro de texto sino guiones de trabajo con preguntas. Se han criticado mucho tanto los fundamentos como los programas basados en este modelo, pues los procesos de la ciencia no pueden ser separados de los contenidos y las destrezas intelectuales se producen sobre campos conceptuales concretos.
Constructivista
Finalmente, el modelo constructivista surgió en la década de los 80. Hay un paralelismo entre la construcción del conocimiento científico y la reconstrucción de conocimientos de los estudiantes, ya que en ambos casos se utilizan modelos subjetivos para interpretar la realidad. El aprendizaje es concebido como una construcción, y enseñar es mediar en el proceso de aprendizaje tanto en la planificación como en la organización de actividades relevantes. Las ideas de los alumnos son el punto de partida, el currículo se configura en una serie de actividades, de situaciones de aprendizaje en las que los alumnos construyen sus propios significados. Hay fases de exploración de ideas, de reestructuración de conocimientos, de introducción de ideas nuevas en diferentes contextos. Los alumnos se involucran en actividades mentales cognitivas, no sólo de manipulación. El rol del docente es de investigador en el aula que diagnostica los problemas de aprendizaje y trata de solucionarlos, pudiendo modificar las actividades en función de las necesidades del grupo. Las interacciones son múltiples; se rescata el pensamiento de Vigotsky sobre la naturaleza social del aprendizaje.
Las nuevas concepciones sobre la naturaleza de la ciencia, en particular, la crítica a una visión inductivista de la ciencia, y sobre la forma de aprendizaje, centradas en una perspectiva constructivista de la ciencia, convergieron para poner en cuestión el método del descubrimiento orientado y para centrar la atención en los conocimientos previos de los estudiantes al inicio del desarrollo de un tema o de una situación problema. La Química Faraday (Grupo Recerca-Faraday 1988) fue un proyecto español desarrollado en esta época, que se inició bajo el marco de un modelo didáctico de descubrimiento guiado y terminó con la incorporación de las propuestas constructivistas para la enseñanza de la química. Por otro lado se caracterizó por presentar y secuenciar los contenidos de química correspondientes a cursos para alumnos de 16 y 17 años, utilizando la evolución histórica de los conceptos como hilo conductor. Muchos de los docentes se autodefinen como constructivistas y, sin embargo, a poco de conversar con ellos se encuentran reflexiones extremadamente alejadas de las bases constructivistas, donde el docente no es un mediador en la construcción del conocimiento, sino un suministrador de información.
Entendemos que actividades de reflexión sobre la práctica, con visitas de clases entre pares, reflexión conjunta, detección de necesidades de formación es un mecanismo muy adecuado, que permite crear conciencia de equipo y trabajo colectivo, muy enriquecedor para todos. Mejora el interés y la motivación de los estudiantes hacia la química, seleccionando y secuenciando los contenidos de manera tal de que formen el núcleo básico más conectado con la vida cotidiana y con los problemas del mundo.
Introducir a nuevos contenidos de modo de poder contemplar la diversidad de intereses de los estudiantes, ofrecer una amplia gama de actividades opcionales; el manejo de la diversidad que conlleva la diferencia de formación previa de los estudiantes así como sus intereses de estudios futuros, representa un interesante desafío, pero también implica serias dificultades en el manejo de los grupos.