Las formas comunicativas están transformándose dentro de la red a través de la creación de las comunidades virtuales.
Las comunidades virtuales se construyen sobre intereses y conocimientos, independientemente de la proximidad geográfica. Son muy diversas en su composición y también en su estructura y forma comunicativa. Las formas comunicativas son muy variadas y, al contrario de lo que muchos autores parecen opinar, son complementarias entre sí y no excluyentes.
Como señala E. Havelock (1996), el paso de la oralidad a la escritura en Grecia marcó un cambio fundamental en el desarrollo del pensamiento occidental. La escritura supuso un cambio no sólo del medio de comunicación sino de la forma de conciencia. La escritura sirvió para fijar el conocimiento, las reglas y normas sociales. “No es la creatividad, sea esta lo que fuere, sino el recuerdo y la memoria los que contienen la clave de nuestra existencia civilizada” (Havelock, 1996, p.104). El lenguaje hablado queda fijado en un vocabulario y en un orden fijador.
La manera de usar los sentidos y nuestra forma de pensar están relacionadas en la transición de la oralidad a la escritura. La oralidad enfatizaba el oído y la boca, la escritura enfatiza el ojo y la mano. Debido a este cambio, la civilización occidental ha utilizado el lenguaje escrito como fuente de desarrollo del conocimiento y del propio pensamiento. La racionalidad es explicitada a través del propio lenguaje que organiza y fija el conocimiento.
Por este motivo, McLuhan considera que toda la civilización occidental ha estado centrada en el desarrollo del hemisferio izquierdo del cerebro, y ello ha contribuido al desarrollo del razonamiento cuantitativo. En cambio, la cultura oriental ha mantenido el espacio acústico proyectado hacia el hemisferio derecho, desarrollando un pensamiento más cualitativo, más holista.
Los cambios cognitivos no son rápidos. Hemos tardado muchos siglos en conocer la influencia de la escritura en el pensamiento y no es posible saber cómo las tecnologías de la información y la comunicación van a alterar nuestra cognición. Lo que sí resulta claro es que necesariamente va a haber una alteración, que ya estamos viviendo pero que todavía no podemos analizar con exactitud.
En una novela, Milan Kundera recoge, en una frase, el sentido de la situación actual: “Hay un vínculo secreto entre la lentitud y la memoria, entre la velocidad y el olvido…
En la matemática existencial, esta experiencia adquiere la forma de dos ecuaciones elementales: el grado de lentitud es directamente proporcional a la intensidad de la memoria; el grado de la velocidad es directamente proporcional a la intensidad del olvido.” (Milan Kundera, La lentitud.)