La lingüística del texto nació como una gramática del texto interesada en superar déficit descriptivos y explicativos de las gramáticas oracionales, de tendencia estructuralista o generativista (ver Recorrido histórico). El texto, en la perspectiva que se describe como sistemática, es una entidad gramatical compuesta de oraciones: las preguntas principales de investigación son
¿cuáles son las relaciones sistemáticas entre oraciones adyacentes? ¿Existen reglas de formación textual que expliquen tales conexiones?
De allí que las investigaciones se concentren en las distintas formas de conexión gramatical que pueden ligar oraciones, es decir, los recursos que garantizan la cohesión, esencialmente, recurrencias, sustituciones léxicas, proformas, artículo definido/indefinido, elipsis, conectivos (conjunciones y adverbios pronominales), tiempo verbal, entonación, etcétera. Esas preocupaciones han conducido a la realización de estudios detallados en distintas lenguas, pero también a la conclusión teórica de que la presencia de tales vinculaciones gramaticales no producían necesariamente un texto.
Por ejemplo, la siguiente secuencia de oraciones exhibe vinculaciones cohesivas pero no sería juzgada como un texto “normal”: Descubrieron un paraíso que alberga especies desconocidas. El pájaro de la miel levantó vuelo ante la mirada atónita del biólogo. Este comentó que las ventas de miel aumentaron de manera impactante.
Es decir, la cohesión no es una condición suficiente para que exista un texto, lo cual lleva a la necesidad de definir el texto mediante criterios macroestructurales semánticos y pragmáticos (ver Coherencia). Actualmente, los mecanismos cohesivos se investigan como recursos de constitución textual, a partir de su presencia y regularidad en tanto rasgos formales que permiten distinguir y caracterizar clases de textos o géneros y también en marcos de procesamiento cognitivo, como recursos empleados por el hablante para controlar y conducir la estabilidad/inestabilidad de la referencia o como anclajes que colaboran con la comprensión textual (por ejemplo, De Beaugrande y Dressler 1997; Lundquist 1998). Algunos textos en español que tratan sobre distintos fenómenos de cohesión son Manuel Casado Velaverde (1993, 2000), Helena Calsamiglia y Amparo Tusón (1999), Catalina Fuentes Rodríguez (1996).