Los enfoques sobre la oralidad que se describen con el sintagma “análisis del discurso” surgen más directamente de la lingüística y por lo tanto sus métodos se asemejan más a aquellos de la lingüística sistemática. Así, muchos trabajos intentan generar una gramática de la conversación o bien, en el caso de aquellos que trabajan bajo la influencia de la pragmática lingüística, sostienen que las intuiciones del analista son fuente confiable para la investigación. Trabajos clásicos como los de Longacre (1979) y Grimes (1975) plantearon que el discurso tiene una estructura gramatical, que se expresa en una división jerárquica de los constituyentes de discurso subordinados, en suma, que también los discursos responden al principio de “buena formación”; tal posición ha sido relativizada y criticada por Michael Stubbs (1983), entre otros. La escuela británica, representada por John Sinclair y sus colegas de la Universidad de Birmingham en Inglaterra (Malcom Coulthard y David Brazil, especialmente) ofreció un modelo descriptivo basado en criterios sistemáticos para la conversación, más precisamente, para la interacción en el aula, conocido como Análisis del Discurso Funcional. Las investigaciones de los analistas del discurso norteamericanos (para un panorama puede consultarse Deborah Schiffrin (1994) –cuya corriente más influyente en la actualidad es la sociolingüística interaccional-, además de interesarse por cuestiones de índole lingüístico-discursiva, se concentran en temáticas con relevancia social, como los estilos conversacionales de hombres y mujeres (Deborah Tannen, 1994), la identidad en el discurso (Ana De Fina, 2006), los marcadores discursivos en distinto tipo de interacciones (Deborah Schiffrin, 1987), entre muchísimos otros. Por otra parte, es preciso mencionar a la escuela de Ginebra (sus publicaciones más importantes están en lengua francesa), surgida a partir de los años ochenta.
Sus temas principales son el estudio de la estructura del discurso y de la articulación discursiva (Eddy Roulet, 1999; Jacques Moeschler, 1996; ver http://www.unige.ch/lettres/linge). Los trabajos en el ámbito hispánico están orientados mayormente hacia perspectivas gramaticales y pragmáticas: destacan los grupos Valesco e Ilse, de las Universidades de Valencia, Almería (ver http://www.uv.es/valesco/curricula_3.html y http://www.grupoilse.org/). El estudio de la oralidad especializada (la divulgación de ciencia) es objeto de investigación de investigadores españoles y argentinos reunidos en la Red Temática de Discurso, coordinada por Helena Calsamiglia (ver http://www.upf.edu/dtf/recerca/grups/xarxa/pral.htm). La revista Oralia, que edita el grupo ILSE, es un foro interesante sobre estudios de la lengua hablada en español; también incluye trabajos sobre oralidad la revista Discurso, editada por la asociación Latinoamericana de Análisis del Discurso-ALED).
En la Argentina existen grupos de investigación en distintas universidades del país como la Universidad Nacional de Rosario, la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad de Buenos Aires. Recientemente ha comenzado a celebrarse el coloquio local de la IADA (International Association for Dialog Análisis), que organiza la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Plata, con una frecuencia bianual (años 2003 y 2005). Deben mencionarse también los congresos regionales y coloquios nacionales organizados por la Asociación Latinoamericana de Análisis del Discurso (ALED), con una periodicidad bianual. En estas reuniones científicas –en las que confluyen multiplicidad de enfoques sobre el discurso y sus distintas manifestaciones– se percibe en los últimos años una presencia creciente de la temática de la oralidad.