Cuando se modifican ciertos parámetros externos, como la temperatura, la presión o el campo magnético, pueden producirse cambios notables en los materiales. Esto ocurre por ejemplo en los cambios de estado que apreciamos cotidianamente como en el caso particular del agua (sólido - líquido - gaseoso) que corresponden a transiciones termodinámicas. Aquí existe una temperatura crítica por arriba de la cual el sistema minimiza su energía estando en una determinada fase, y por debajo de la cual el sistema va a tender a estar más ordenado (estructuralmente, electrónicamente, etc.) adoptando una nueva fase de menor energía. Existe otro tipo de transiciones de fase, ligadas por ejemplo a cambios en la distribución espacial de los átomos o al comportamiento magnético o electrónico de un material. Aquí nos vamos a interesar por dos transiciones de fase, cuyo estado de menor temperatura merece una calificación superlativa al caracterizarse por propiedades notables respecto de su fase de mayor temperatura: la superfluidez y la superconductividad.