Un área de gran desarrollo en la actualidad es la que se asocia con el prefijo nano. Los físicos lo empleamos para hacer referencia a la mil millonésima parte (10-9) de alguna unidad, como por ejemplo del metro (en este caso se abrevia como nm). Para hacernos una idea sobre cuán pequeño es un nm podemos decir que la diferencia de tamaños entre 1 nm y una persona equivale a la diferencia que hay entre una persona y la órbita de la Luna. Si consideráramos objetos de dimensiones nanométricas (entre 1-100 nm) nos adentraríamos en una escala cercana a la escala atómica, donde los enlaces químicos involucran distancias del orden de una décima de nanómetro (que solemos notar como Å, y corresponde a 10-10 m). En definitiva, un objeto que tenga como dimensión típica algunos nanómetros estará conformado por decenas, centenas o eventualmente millares de átomos, pero no muchos más. Son efectivamente los objetos sólidos más pequeños que podemos construir, ya que si tuvieran un menor tamaño, serían un átomo o una pequeña molécula. En estas escalas puede llegar a manifestarse el comportamiento cuántico de la materia, que puede resultar extraño o anti intuitivo, dado que estamos acostumbrados a sus manifestaciones macroscópicas. De hecho el tamaño puede controlar las propiedades del material. Los avances tecnológicos actuales han permitido la fabricación de materiales en la escala nanométrica por lo que se espera una intensa manifestación de las leyes cuánticas en sus propiedades, así como la aparición de aplicaciones novedosas, hasta ahora inaccesibles. Aquí daremos un pantallazo sobre cómo puede llegar a funcionar este pequeño universo nano e impactar sobre nuestro "macro" mundo cotidiano.